Los científicos en Gran Bretaña y los Estados Unidos dicen que han diseñado una enzima que come plástico, un avance que podría ayudar en la lucha contra la contaminación.
La enzima (1) es capaz de digerir tereftalato de polietileno(PET). El PET se vuelve viscoso por encima del 70 ° C. Su punto de fusión está por encima de 250C.
Los científicos han creado, de forma accidental, una enzima mutante que descompone las botellas de bebidas plásticas. Este descubrimiento podría ayudar a resolver la crisis mundial de contaminación por plástico al permitir por primera vez el reciclaje completo de botellas.
La nueva investigación fue impulsada por el descubrimiento en 2016 de la primera bacteria que había evolucionado naturalmente «para comer plástico», en un basurero en Japón. Los científicos ahora han revelado la estructura detallada de la enzima crucial.
La enzima mutante tarda unos días en comenzar a descomponer el plástico, mucho más rápido que los siglos que lleva en los océanos. Pero los investigadores son optimistas de que esto se puede acelerar aún más y convertirse en un proceso viable a gran escala.
Aproximadamente 1 millón de botellas de plástico se venden por minuto en todo el mundo y solo el 14% es reciclado. Muchos plásticos terminan en los océanos donde han contaminado incluso las partes más remotas, dañando la vida marina y potencialmente a las personas que comen mariscos.
Actualmente, aquellas botellas que se reciclan solo pueden convertirse en fibras opacas para la ropa o alfombras. La nueva enzima puede permitir reciclar las botellas de plástico transparente en botellas de plástico transparente, lo que podría reducir la necesidad de producir plástico nuevo.
La estructura de la enzima era muy similar a la desarrollada por muchas bacterias para descomponer la cutina, un polímero natural utilizado como recubrimiento protector por las plantas. Pero cuando el equipo manipuló la enzima para explorar esta conexión, mejoraron accidentalmente su capacidad de comer PET.
Las enzimas industriales son ampliamente utilizadas en, por ejemplo, polvos de lavado y producción de biocombustible. Han sido hechas para trabajar hasta 1,000 veces más rápido en pocos años, la misma escala de tiempo que McGeehan prevé para la enzima que come plástico.
Una posible mejora que se explora es trasplantar la enzima mutante a una «bacteria extremófila» que puede sobrevivir a temperaturas superiores a 70 ° C, momento en el que el PET cambia de un estado vítreo a uno viscoso, lo que hace que se degrade 10-100 veces más rápido.
Trabajos anteriores habían demostrado que algunos hongos pueden descomponer el plástico PET, que representa aproximadamente el 20% de la producción mundial de plástico. Pero las bacterias son mucho más fáciles de aprovechar para usos industriales.
«Las enzimas son no tóxicas, biodegradables y pueden ser producidas en grandes cantidades por microorganismos».
En diciembre de 1973, pocos días antes de Nochevieja, los tres astronautas a bordo de la estación espacial Skylab llegaron a un punto límite y se rebelaron contra el control de Tierra. Completamente agotados, Carr, Pogue y Gibson apagaron la conexión de radio con Houston y se tomaron el día libre por su cuenta, para descansar, darse una ducha y mirar a la Tierra
Después de seis semanas de misión, la sobrecarga de trabajo y la falta de descanso les condujeron a protagonizar el primer motín en el espacio y a lanzar un aviso sobre la organización de este tipo de misiones. «Las tareas nos sobrepasaron», explicó el comandante de la misión Gerald Carr. «A las diez de la noche, cuando se suponía que nos debíamos ir a la cama, ninguno de nosotros podía hacerlo porque aún teníamos cosas que hacer. No estábamos teniendo el tipo adecuado de descanso».
Cuarenta años después, el sueño de los astronautas sigue siendo un motivo de preocupación y de estudio. La adaptación al entorno espacial- y las tareas acumuladas- alteran sus ciclos biológicos y provoca un fenómeno conocido por los científicos como «desincronización circadiana». Estos cambios apenas empiezan a ser comprendidos y han abierto toda una nueva rama de investigaciones y de posibles soluciones, al tiempo que han inducido a la NASA a estudiar qué medidas deberán tomar cuando los astronautas exploren o colonicen otros cuerpos del Sistema Solar como Marte o la Luna.
Sueños interrumpidos
El problema del sueño de los astronautas es que provoca un nivel de fatiga mental que pone en peligro sus misiones. Los estudios realizados en la última década indican que los tripulantes de la Estación Espacial Internacional (ISS) duermen de media unas 6 horas al día, dos horas menos de lo recomendado, lo que tiene consecuencias en su rendimiento e irritabilidad.
Según el seguimiento realizado en varios trasbordadores espaciales hasta 1998, los astronautas duermen menos en los primeros y últimos días de su misión y muchos de ellos apenas alcanzan las dos horas de sueño. «Yo he tenido la suerte de dormir muy bien en el espacio las dos veces que he estado», relata el astronauta español Pedro Duque alainformacion.com. «Pero en general se duerme menos, ya que los músculos están relajados la mayor parte del día y el cansancio es más mental que otra cosa».
Otros estudios indican que la estructura del sueño también se altera(con episodios de sueño REM más cortos que en tierra) y que los astronautas son a menudo despertados por ruidos, cambios de temperatura, la actividad de sus compañeros, incomodidad física o la asignación de tareas inesperadas, como las caminatas espaciales de reparación. «Hubo días en los que la fatiga era inevitable», recuerda Pedro Duque, «ya que las conexiones de televisión en directo dependían de la posición de la Estación en la órbita de la Tierra y a veces me tenía que despertar dos o tres horas antes de lo previsto para poder hacer una. Esos días se hacían largos».
La importancia de la luz
Los astronautas de la ISS dan una vuelta completa a nuestro planeta cada hora y media, con lo que viven un amanecer y un ocaso cada 90 minutos. En el interior de la estación no hay un día y una noche bien diferenciados, y los tripulantes viven bajo la luz artificial y longitudes de onda diferentes a las del entorno terrestre. Nuestro reloj biológico interno está regulado principalmente por una zona del hipotálamo llamadanúcleo supraquiasmático que controla los procesos metabólicos en función de las señales de luz del exterior.
Hace apenas una década, los científicos descubrieron una serie de fotorreceptores presentes en el ojo – que no tienen ningún papel en la visión – que regulan la producción de melatonina en la glándula pineal. Cuando estos receptores son expuestos a una determinada longitud de onda coincidente con la luz azul – y parecida al color del cielo – el cerebro frena la segregación de melatonina y está más alerta, mientras que cuando la luz está en el espectro del rojo comienza a emitir la señal del sueño. De esta forma, diseñando un sistema de iluminación, se podrían regular los ciclos de sueño y modular los ritmos circadianos.
En la Universidad de Harvard, Steven Lockley y su equipo llevan años estudiando este efecto y ha ensayado un sistema de luz dinámica con los miembros del control en tierra de las misiones a Marte. La experiencia ha demostrado que la alteración de los ritmos circadianos afecta también a las personas que no viajan al espacio pero tienen que desplazar sus horarios para seguir a una nave en otro planeta. En el año 1996, por ejemplo, el equipo de controladores de la NASA que seguía los movimientos del vehículo Sojourner por la superficie de Marte sufrió las consecuencias de que los días marcianos tengan 39 minutos más que los terrestres y muchos técnicos estaban tan fatigados que reclamaron que se hiciera una parada. Desde entonces, se siguen programas especiales para evitar que todo el mundo termine con la cabeza ‘en otro planeta’.
Nuevas luces para la estación
Mediante un sistema de luces LED que enriquece el ambiente de luz azul en determinadas horas y de luz roja en otras, a lo largo de un ciclo de 24 horas, Lockley ha obtenido resultados satisfactorios en misiones marcianas como la Phoenix. Su compañera Elizabeth Klerman, del departamento de salud del sueño del hospital Brigham de Boston, también ha diseñado un modelo matemático que predice los efectos de los cambios de horario por imprevistos, de modo que el reloj interno sufra lo menos posible. Este software permite saber cómo reaccionará el cuerpo si le hacemos trabajar a determinadas horas. «Si solo has estado despierto durante 5 o 6 horas, apenas importa qué hora del día es»,asegura Klerman. «Pero si has estado despierto 16 horas es muy diferente que sean las tres de la tarde o las tres de la madrugada».
La culminación de estos experimentos ha venido con la aprobación por parte de la NASA de un programa para cambiar todas las luces de la Estación Espacial Internacional en 2015. La compañía Boeing proporcionará más de cien bombillas LED que se irán modificando a lo largo de la jornada de los astronautas. En concreto, el panel emitirá luces azules en el momento de empezar la jornada (que aumentan el nivel de alerta), pasará a luz blanca para las horas de trabajo y emitirá luz en elespectro del rojo para disparar la melatonina y facilitar la señal de sueño en los astronautas. «Estamos seguros de que tendrá un efecto», asegura Klerman. «Lo que queremos saber es qué tipo de efecto será y qué proporciones tendrá». Si la idea funciona, los científicos esperan que la tecnología se pueda utilizar en otras instalaciones en las que se requiere luz artificial, como hospitales, submarinos o fábricas.
Instrucciones para dormir en otros mundos
En un informe elaborado en 2009 por los principales especialistas en alteraciones de los ritmos circadianos, la NASA explora la manera en que afectarán los ciclos de luz en el caso de colonizar o viajar a otros mundos (ver PDF). En el caso de misiones a la Luna, recuerdan, los programas de adaptación variarían en función de la región elegida para establecerse. Si se aterrizara sobre la zona del cráter Shackleton, cerca del polo sur de nuestro satélite, los astronautas estarían expuestos a una luz casi permanente, durante el 90% del tiempo. Las expediciones al Ártico en este tipo de condiciones revelan que las personas pueden terminar por no saber muy bien cuándo tienen que descansar, por lo que habría que tomar contramedidas. Si el lugar elegido para establecerse fueran las zonas ecuatoriales de la Luna, explican los especialistas, el ciclo sería de dos semanas de luz seguidas de dos semanas de oscuridad, lo que también alteraría el reloj interno de los astronautas, aunque se desconoce en qué medida.
En cuanto una misión al planeta Marte, cuando se superen las dificultades logísticas que plantea el reto actualmente, los astronautas contarían con un desfase horario durante el propio desplazamiento al planeta rojo. El siguiente problema sería la intensidad de la luz del día en la superficie marciana, pues el brillo del sol es allí aproximadamente la mitad que en la Tierra. El cielo, de tono rojizo, también tendría una influencia, pues las longitudes de onda cercanas al rojo activan los niveles de melatonina, y la duración del día (24 horas y 39 minutos) provocaría un aumento de los niveles de sueño y de irritabilidad.
En definitiva, concluyen los especialistas, «el ambiente espacial es ruidoso, pobremente iluminado y , para algunos, incómodo. Mover los horarios y duras cargas de trabajo puede suponer desafíos adicionales. Entender las vulnerabilidades individuales causadas por la pérdida de sueño, es esencial para la futura preparación de misiones a la Luna y a Marte».
Una adolescente estadounidense ha desarrollado unas baterías capaces de cargarse por completo en 20 o 30 segundos basadas en supercondensadores y con cierto grado de flexibilidad por lo que podrían ser aplicadas a varios sistemas. Además de la rapidez de carga, estas baterías podrían aguantar 10 veces más ciclos de carga.
Una joven estadounidense de 18 años de California, Eesha Khare, presentó el pasado miércoles su proyecto, unas baterías desarrolladas a partir de supercondensadores con un corto periodo de carga, al Intel ISEF 2013 promovido por la compañía tecnológica para jóvenes inventores realizado en Phoenix (Estados Unidos).
Con este nuevo invento, la estadounidense ha ganado el primer premio del concurso Foundation Young Scientist Award, consistente en una beca para Intel valorada en 50.000 dólares(38.815 euros) por el original invento.
Khare comenzó a investigar este campo de la tecnología debido a que, como usuaria de ‘smartphone’, observó la rapidez con la que las baterías de estos dispositivos se agotan. «Mi batería siempre se muere», declaró.
Por ello, decidió buscar nuevos materiales con los que poder crear una batería que aumentara el tiempo en el que se mantiene cargada así como el número de cargas que se pudieran realizar en su ciclo de vida. De esta manera, pensó en los superdensadores, un material capaz de almacenar gran cantidad de energía sin deteriorarse en gran medida, por lo que puede realizar mayor número de cargas.
Así, Khare desarrolló unos dispositivos de pequeño tamaño, capaces de instalarse en la batería de un ‘smartphone’ aumentando el número de ciclos de carga hasta los 10.000 frente a los 1.000 actuales, y reduciendo el tiempo de carga, permitiendo que la batería se cargue por completo en 20 o 30 segundos y admitiendo mayor carga que las baterías convencionales.
Además, las baterías desarrolladas por la joven tienen cierto grado de flexibilidad por lo que se piensa en un mayor número de aplicaciones fuera de la tecnología móvil. «También es flexible, así que puede usarse en pantallas enrollables, ropa y telas», afirmó Khare.
Por ahora, estos dispositivos sólo se han probado en una lámpara LED pero la idea de la joven es su aplicación en ‘smartphones’ y otros equipos portátiles.
Los médicos salvaron la vida de Carmen Tarleton luego de que su exmarido la rociara con blanqueador industrial. Estuvo en coma inducido y fue sometida a más de 50 cirugías. Pero poco pudieron hacer con su rostro desfigurado.
Lo peor vino después: los niños huían de ella. Y cuando los canales de noticias presentaron su historia advirtieron que las imágenes podrían herir la sensibilidad de la audiencia.
Durante cuatro años, Tarleton vivió esta realidad, sumada a un enorme dolor. Luego, su cirujano plástico en el Hospital de Mujeres de Boston le sugirió una posibilidad: hacía poco había realizado el primer trasplante de cara de Estados Unidos y creyó que ella podría ser apta para la misma intervención.
Pese a que la idea le pareció extraña, Tarleton aceptó.
Pasó la cirugía y este miércoles presentó su nuevo rostro en una conferencia de prensa.
Desconoce el nombre de la donante, pero asegura que piensa en ella cada día.
“Converso con ella y le hago saber lo agradecida que estoy”, le dijo Tarleton, de 44 años, a CNN. “Estoy emocionada, muy entusiasmada con lo que tengo”, agregó.
“Fueron varias noches sin dormir”
El doctor Bohdan Pomahac jamás había visto a alguien como Tarleton.
Director de la unidad de quemados del hospital, Pomahac trató las heridas de Tarleton luego del ataque de junio de 2007. El blanqueador había quemado más del 80% de su cuerpo.
(Abajo vemos un par de fotos durante el juicio a su esposo que hizo el terrible daño:)
En 2011, Pomahac y su equipo practicaron el primer trasplante total de cara de los Estados Unidos. En diciembre de ese año, se aprobó la misma cirugía para Tarleton, pero debieron pasar 14 meses para que se encontrara una donante adecuada.
La operación, que duró 14 horas, se hizo en febrero pasado y Tarleton se convirtió en la sexta persona en los Estados Unidos que recibe un trasplante completo de cara.
Al principio, las cosas no anduvieron bien. El cuerpo de Tarleton empezó a rechazar el nuevo rostro y se creyó que el trasplante fallaría.
“Fueron varias noches sin dormir”, dijo Pomahac.
Pero la cara finalmente fue salvada.
“Pudo ver a través de mis cicatrices”
Completamente ciega de un ojo y con visión parcial en el otro, Tarleton todavía puede vivir sin ayuda en su departamento de Vermont.
Emocionalmente, Tarleton se ha recuperado. Logró perdonar a su exmarido, hoy en prisión, da charlas inspiracionales y publicó un libro: “Overcome: Burned, Blinded and Blessed» (Superación: quemada, ciega y bendecida).
En diciembre, empezó a tomar clases de piano con un profesor local llamado Sheldon Stein. Su rostro aún estaba desfigurado, pero el hombre se enamoró de ella.
“Pudo ver a través de mis cicatrices”, dijo Tarleton.
Stein la ayudó a recuperarse de la intervención. Al principio, casi no tenía control alguno sobre su cara, pero ahora puede esbozar una pequeña sonrisa y sus médicos dicen que con el tiempo podrá mover sus cejas y hacer otras expresiones.
¿Su mayor deseo? Lograr la fuerza y la coordinación necesarias para besar al hombre que considera “el amor de su vida”.
“Sé que ese día llegará”, dijo Tarleton.
* Texto de CNN (1 Mayo 2013) y edición general de CTsT (25 Mayo 2013)
Few things capture the attention of physics students like a gun that fires Ping-Pong balls, according to a mechanical engineer who just built one that accelerates the balls to supersonic speeds.
“You can shoot Ping-Pong balls through pop cans and it is great, it is so captivating, it is so compelling that you can get kids’ attention and once you’ve got their attention, you can teach them something,” Mark French, the Purdue University assistant professor who built the gun, told NBC News.
The guns typically work by sealing a slightly-larger-than Ping-Pong-ball-diameter tube with packaging tape and sucking all the air out to create a vacuum. Once the seal is broken on one end, air rushes into the tube and pushes the ball down the barrel.
“The ball doesn’t fit tightly in the tube, a little bit of air gets past the ball and when it gets to the seal at the other end, that little puff of air gets compressed and blows the seal out of the way so the ball can come out at 600 or 700 feet a second,” French explained.
After getting tons of mileage in class over the past few years — as well as a divot or two in his classroom wall — with a gun he built based on a design in scientific journal, he started thinking that he could make the ball come out even faster. And, well, faster is better.
The trick, he figured, was to get the air that pushes the ball out the tube (gun barrel) to move faster. To do this, French borrowed a nozzle design with a pinch in the middle that aerospace engineers use to get air moving at supersonic speeds in their wind tunnels.
As air enters the so-called convergent-divergent or de Laval nozzle, it accelerates as it is compressed, reaching supersonic speeds as the nozzle expands.
“I thought, okay, I’m going to treat this thing like a little wind tunnel,” he said.
To do so, he put a convergent-divergent nozzle at the opposite end of the tube from where the ball exists and behind that, a pressure chamber made out of PVC tubing.
When the chamber is pumped up to about 45 pounds per square inch, it breaks the seal.
“That pressurized air goes through the nozzle just like it does in a supersonic wind tunnel and accelerates to supersonic speed out the other end and pushes the ball ahead of it,” he said.
“At least, that’s what we think is going on,” he added. “We haven’t done any analyses on this … we are still doing some more tests … but whatever is going on, it is definitely coming out at Mach 1.23.”
Yes, that’s fast; faster than F-16 flying at top speed at sea level, noted MIT’s Physics xrXiv Blog.
French and colleagues Craig Zehrung and Jim Stratton describe the gun in a paper posted Jan. 22 onarXiv.org, a server where pre-prints of scientific papers are posted.
* John Roach is a contributing writer for NBC News. (Enero 2012)
A pesar de las dificultades y de la incertidumbre por la utilización de un método de aterrizaje novedoso, las cosas se desarrollaron de la forma prevista y el robot Curiosity se posó sin novedad en la superficie de Marte, a las 05:31 UTC del 6 de agosto (hora de la Tierra).
Todo fue bien en la secuencia de descenso y la compleja sonda espacial, a la que le sobró casi el 25 por ciento del combustible almacenado a bordo, tocó la superficie en un punto estimado cuyas coordenadas son 137,44 grados (longitud), -4,59 grados (latitud), en el interior del cráter Gale. Apenas unos minutos después, el robot, demostrando el éxito de la maniobra, enviaba sus primeras fotos de baja resolución a través de la sonda Mars Odyssey, que pasaba en esos momentos sobre ella. Las imágenes, que aún mostraban el polvo en suspensión levantando por el aterrizaje, enseñaban las ruedas del vehículo y su sombra, así como un escenario aparentemente libre de rocas.
La llegada del Curiosity se inició el 4 de agosto, con la entrada de la nave en la esfera de influencia gravitatoria de Marte. Eso la hizo acelerar progresivamente. Los ingenieros no necesitaron utilizar sus últimas oportunidades de corrección de la trayectoria, que consideraron perfectamente establecida. Por fin, a las 05:14 del 6 de agosto, la Curiosity abandonó la etapa de crucero que había estado utilizando durante el viaje, desde el día del despegue, y que había proporcionado energía, comunicaciones y propulsión al conjunto. Cinco minutos más tarde, se expulsaban dos pesos (CMBD) de 75 kg cada uno utilizados para mantener el equilibrio, los cuales se estrellarían por su cuenta contra Marte. De este modo quedaba desplazado el centro de masas de la nave y se obtenía una cierta sustentación. A las 05:24 UTC, el vehículo, equipado con su escudo de protección térmica, efectuaba su primer contacto con la atmósfera marciana, a unos 125 km de altitud y a una velocidad de 6,1 km/s, a 700 km de distancia del punto de aterrizaje. Cuatro minutos después, se expulsaban otros seis pesos de 25 kg para orientar correctamente la nave, y al mismo tiempo se extendía el paracaídas, a unos 10 km de altitud y una velocidad de 100 m/s. Con la evidente desaceleración en marcha, se liberó el escudo térmico inferior (05:29 UTC), y finalmente la carcasa superior junto al paracaídas, que había reducido suficientemente la marcha del descenso para que pudieran entrar en servicio los ocho motores de la “grúa espacial” (05:30 UTC). Con la velocidad de bajada a cero, el vehículo se mantuvo a unos 27 metros de altura y empezó a descolgar al robot Curiosity con varios cables. Una vez extendidos, se reanudó la bajada, hasta que éste tocó el suelo, a unos 0,75 m/s, los cables se cortaron y la grúa se alejó de la zona para estrellarse.
(Foto: JPL)
De inmediato, el robot utilizó las cámaras de navegación para tomar algunas imágenes, aún con la óptica tapada por una cubierta transparente, que evitó que el polvo la ensuciara. Unos tres minutos después del aterrizaje, estas imágenes fueron transmitidas a la Tierra y mostradas en el centro de control, que las recibió de forma entusiasta.
Se trataba de imágenes en blanco y negro, ya que la cámara principal se encontraba aún plegada en su mástil, lo mismo que la antena de alta ganancia, que permitirá el contacto directo con la Tierra, sin pasar por las sondas en órbita alrededor de Marte. Hasta entonces, los controladores estarían limitados a la recepción de datos en las oportunidades de sobrevuelo de la MRO, la Mars Odyssey y la Mars Express.
Tras la rueda de prensa, regresó la actividad al centro de control, con un nuevo sobrevuelo de la Mars Odyssey que trajo más fotografías, de mejor calidad, y algunos datos científicos. En sucesivas oportunidades se enviarían otros elementos interesantes, como las imágenes tomadas durante el descenso propiamente dicho.
Los próximos días estarán protagonizados por un cuidadoso calendario de eventos, durante los cuales, poco a poco, se comprobarán todos los sistemas del robot, se establecerán comunicaciones estables y se enviarán imágenes de alta calidad y panoramas. Aún transcurrirán algunos días antes de que el Curiosity inicie sus primeros movimientos.
Durante la rueda de prensa, la dirección del programa no solamente felicitó a los participantes estadounidenses, sino también a las naciones colaboradoras, entre las cuales se encuentra España, que ha contribuido con varios elementos. Uno de ellos es la antena de alta ganancia, de diseño novedoso, construida por Astrium España.
Llevar a cabo la transmisión de datos desde Marte a la Tierra es más difícil de lo que parece. El rover tiene que saber dónde se encuentra en cada momento para saber dónde está la Tierra y apuntar hacia ella para comunicarse. El Curiosity ha incorporado la novedad de que es la antena la que se orienta automáticamente apuntando a la Tierra para poder comunicar sus datos. De esta manera, el rover no tiene que gastar energía moviendo todo el vehículo para apuntar su antena.
Curiosity tiene la capacidad de comunicarse directamente con la Tierra a través de sus enlaces en banda X con la red de espacio profundo compuesta de tres antenas gigantes de 70 metros dispuestas estratégicamente en el planeta (Pasadena, Canberra y Madrid) para que por lo menos siempre haya una en la línea de vista de la transmisiones.
Las comunicaciones en banda X utilizan un amplificador de potencia de 15 vatios alimentado por el transpondedor de espacio profundo del rover. España, a través de EADS CASA Espacio, filial de Astrium, ha suministrado la antena de alta ganancia, de forma hexagonal de unos 30 centímetros de diámetro, montada en la plataforma superior del Rover. Con esta antena, se puede transmitir a 800bits por segundo o más rápido a las antenas de 70 metros de la red de espacio profundo. Esta antena se basa en la tecnología de radiadores impresos desarrollada por la empresa, tiene capacidad de transmisión y recepción, y ha demostrado sus altas prestaciones en misiones de observación como Envisat, de telecomunicaciones como Galileo y Spainsat y científicas como Rosetta. Además tiene la citada capacidad de apuntamiento automático gracias al mecanismo especial suministrado por la empresa Sener. Esta antena será utilizada para enviar órdenes al rover todas las mañanas. Así mismo, podrá utilizarse para devolver información a Tierra a un bajo nivel de transmisión de datos debido a la limitada potencia del rover, el tamaño de la antena y la gran distancia que les separa.
Otra posibilidad de comunicarse que tiene Curiosity es a través de sus enlaces UHF contactando con los satélites que orbitan Marte. Son oportunidades cortas de unos 10 minutos, pero su proximidad permite una transmisión más rápida de datos que el contacto directo. Estos orbitadores con sus transmisores de mayor potencia y antenas de mayor tamaño retransmitirán esta información posteriormente a la red de espacio profundo en la Tierra. Uno de estos satélites puede ser el Mars Express de la Agencia Espacial Europea que también cuenta con una antena dicroica de CASA Espacio.
La estación meteorológica del vehículo es asimismo una aportación española, desde el investigador científico principal hasta la construcción del mismo por la otra filial española de Astrium, CRISA, en Tres Cantos. Con ella se medirán diariamente todos los parámetros atmosféricos que se tomarán en cuenta para llevar a cabo la misión, que tendrá una duración de un año marciano (dos años terrestres).
Desde hace muchos años, la agricultura suiza está ampliamente mecanizada. Y la producción de leche no ha quedado al margen de esta evolución.
El robot de ordeño no convence a todo el mundo. Este nuevo descubrimiento de la robotica, sin embargo, ofrece muchas ventajas, tanto para los animales como para los ganaderos.
A continuación podemos ver un interesante vídeo en YouTube de la familia Cotting , en Suiza, donde muestra como hace su trabajo de ordenar a las vacas.
Una sonda de la NASA capta la grandiosa explosión, que ha lanzado plasma en dirección a algunos importantes ingenios espaciales, Venus y Marte
La espectacular llamarada solar del 16 de abril 2012
La mancha de la explosión, en un círculo
El Observatorio de Dinámica Solar de la NASA (SDO, por sus siglas en inglés) detectó en la tarde del lunes una de las explosiones solares visualmente más espectaculares de los últimos años. La llamarada alcanzó laclase M1.7 en la «escala de Richter» que los científicos utilizan para medir su potencia, lo que significa que es muy poderosa, pero no llegó a la máxima intensidad (clasificada como X). La explosión lanzó una eyección de masa coronal (la nube de partículas y radiación ardiente expulsada por el Sol) al espacio, pero, por fortuna, no iba dirigida hacia la Tierra.
Los campos magnéticos en la extremidad noreste del astro rey entraron en erupción cerca de las 19.00 horas, produciendo la magnífica llamarada. Aunque nuestro planeta no se interpone en su camino, la trayectoria de la nube de plasma, analizada por los investigadores del Laboratorio Goddard de Clima Espacial de la agencia norteamericana, sí se encontrará con algunos grandes ingenios de la NASA, como eltelescopio espacial Spitzer (cuya vida útil, precisamente, ha sido prolongada recientemente hasta 2015), la sonda Curiosityen ruta hacia Marte y la misión Stereo-B, lanzada para el estudio del Sol. Los científicos están atentos a si el plasma puede producirles algún daño. Los planetas Venus y Marte también podrían recibir un golpe oblicuo, según informa Spaceweather.com.
El vídeo sobre estas líneas muestra la intensa llamarada, que con toda probabilidad no es más que el preludio de otras venideras, quizás más intensas. La última gran oleada de erupciones solares ocurrió del 8 al 10 de marzo y vertió suficiente energía a la atmósfera superior de la Tierra como para poder abastecer cada domicilio de una ciudad como Nueva York durante dos años.
Jesús Rodríguez tiene un daño cerebral que le impide generar nuevos recuerdos. Vive rodeado de aparatos que le indican cuando tiene que hacer cada tarea. Si se distrae unos segundos, olvida dónde está, lo que estaba haciendo y hasta a la persona con la que estaba hablando. Ver el documental «El mal del cerebro»
Jesús piensa que estamos en el año 2002. Aquel año le operaron de un tumor cerebral en Suiza y la complicación terminó borrando sus memorias pasadas y su capacidad de generar recuerdos. Pero situarse en 2002 es para él un gran avance. Hasta hace poco pensaba que estaba en 1979 y que tenía 17 años. «Lo que más me costó», confiesa, «fue convencerme de quién era un viejo que venía a la ventana de mi casa…. Hasta que empecé a conocer que eso era el espejo y que ése era yo. Todavía hay días que no lo tengo claro».
Los recuerdos de Jesús Rodríguez quedaron arrasados por el daño cerebral en el hipocampo y el lóbulo frontal. Su vida es un puzle que los neuropsicólogos de la Fundación Polibea tratan de reconstruir. Jesús tenía un negocio de importación de coches y se movía por toda Europa. «De vez en cuando», nos cuentan, «nos llegan notificaciones judiciales porque ha aparecido un coche a su nombre en Milán, o en París, y tenemos que explicar al juez que Jesús no puede recordar».
Le entrevistamos en Madrid, una tarde de febrero. Cuando terminamos, Jesús se levanta, va al baño y, al regresar cinco minutos después, no sabe quiénes somos ni se acuerda de que hemos estado hablando con él. «¿Hace un rato hemos estado hablando, ¿te acuerdas?». «Yo?», pregunta desconfiado, «¿Qué dices? Por favor…». Y se marcha malhumorado.
Hay que tener cuidado a la hora de devolver a Jesús a la realidad porque descubrir a cada rato de que su vida es un rompecabezas le genera una enorme frustración. «Con Jesús pasan estas cosas», asegura su neuropsicólogo, Sergio García. «Yo he estado toda la mañana con él, le he perdido unos metros en los que se me ha adelantado y al volver a alcanzarle y hablarle no sabía que había estado con él».
Como el protagonista de la película Memento, Jesús puede perder en un instante la orientación y no recordar qué ha estado haciendo ni qué se proponía. En lugar de tatuarse los datos, Jesús utiliza todo tipo de dispositivos móviles. «Vivo con alarmas», asegura, y al ratito suena uno de los aparatos que le recuerda que al llegar a casa tiene que rellenar unos papeles. «He aprendido que no puedo quitar, es siempre repetir. Hasta que no hago [la] cosa, no la quito».
«Un caso como el de Jesús nos enseña la importancia del anclaje que nos da la memoria», afirma su neuropsicólogo. Uno de los primeros casos como de este tipo en la literatura médica fue el del famoso paciente H.M. (Henry Molaison), un estadounidense al que extirparon el hipocampo en una operación para evitar la epilepsia. «El caso del H.M. nos enseñó que el hipocampo es importantísimo para la memoria», asegura el catedrático de Fisiología Francisco Rubia. «Este paciente no podía consolidar nada, llegaba el médico y si volvía al rato le saludaba como si no se hubieran visto».
El problema de Jesús surgió de una complicación post-operatoria. Tras retirarle el tumor en Suiza, el drenaje le causó una acumulación de líquido en el lóbulo frontal (higroma) que provocó una segunda lesión cerebral. La primera operación afectó a la sustancia blanca en el lóbulo temporal (en el hipocampo) y las complicaciones le dañaron el lóbulo frontal, que afecta a la capacidad de relacionar los datos. La consecuencia es doble: los recuerdos de Jesús no se fijan y los que tiene los confunde al relacionarlos. También tiene dificultades con la lengua que utiliza, y salta automáticamente del español al alemán sin ser consciente de ello. (Ver: Cómo se fijan los recuerdos)
A pesar de todo, Jesús puede generar algunos nuevos recuerdos a base de repetición. A su neuropsicólogo le recuerda después de haberle visto muchas tardes. Lo mismo pasa con su mujer, pero no es capaz de recordar cuántos hijos tiene, por ejemplo. «Cuando el hipocampo está dañado, el paciente no puede consolidar los recuerdos», explica Rubia. «No puede transformar la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo, así que vive el presente».
Cada año se producen miles de casos de daño cerebral y en la mayoría de ocasiones pasan desapercibidos. “Una persona como Jesús, agarrada en una barra en el metro, pasa totalmente desapercibida”, asegura Sergio García, “sería necesaria y muy beneficiosa una concienciación más general”.
Un auto capaz de volar gracias a dos alas que lo transforman en una avioneta aterrizó hoy en el Salón del Automóvil de Nueva York, donde se ha convertido en uno de los platos fuertes de una feria que abrirá mañana al público y que podrá visitarse hasta el próximo 15 de abril.
«Estamos aquí para demostrarle a cuanta más gente posible que éste es un sueño que se va a convertir en realidad este mismo año», dijo hoy a Efe Steve Moscaritolo, portavoz de Terrafugia, la empresa estadounidense que fabrica el auto volador.
Moscaritolo aseguró que la acogida del vehículo, que tiene un coste de 279.000 dólares, ha sido «abrumador», ya que han recibido cien pedidos del mismo que esperan comenzar a entregar a finales de este año.
Apodado «Transition», este vehículo de cuatro ruedas puede transitar por cualquier autopista estadounidense, pero en menos de un minuto es capaz de desdoblar dos alas situadas en sus puertas laterales y convertirse en una avioneta que vuela hasta una altura de 427 metros. «Es un vehículo impresionante tanto en carretera como en el aire», dijo el piloto que dirigió el primer vuelo del «Transition», Phil Meteer, quien añadió que «un divertido modo de transporte atrasado durante mucho tiempo está a la vuelta de la esquina».
El pasado 23 de marzo, Meteer pilotó ese vehículo de dos pasajeros durante ocho minutos tras despegar del Aeropuerto Internacional de Plattsburgh, en Nueva York, y después pudo conducirlo por carretera hasta el aparcamiento de su casa.
«El ‘Transition’ soluciona muchos problemas porque te permite volar en cualquier tipo de condición meteorológica y continuar después tu viaje por carretera», declaró a Efe el portavoz de la empresa.
El vehículo alcanza una velocidad máxima de 185 kilómetros por hora y para despegar necesita recorrer una longitud de 518 metros, por lo que el sueño de sortear los atascos en carretera todavía no es una realidad.