Hallan un mecanismo de reprogramación de células tumorales

Científicos del Instituto de Investigación Biomédica (IRB) de Barcelona y del Hospital del Mar han descubierto un nuevo mecanismo de reprogramación celular a través de la inhibición de una proteína que juega un papel fundamental en la progresión de los tumores cancerígenos.


El estudio, que se publica este domingo en la versión en línea de la revista Nature Medicine, ha sido dirigido por los investigadores Raúl Méndez, del IRB, y Pilar Navarro, del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM) del Hospital del Mar, de Barcelona, ha informado esta institución en un comunicado de prensa.

Los autores identifican la proteína CPEB4 como una especie de «director de orquesta celular» que «enciende» cientos de genes vinculados con el crecimiento tumoral.

La CPEB4 sólo está activa en fases embrionarias y su función desaparece en los tejidos adultos, excepto cuando éstos son cancerígenos, cuando vuelve a expresarse y activa otros genes.

El descubrimiento de este comportamiento permitirá aplicar reprogramaciones celulares actuando sobre esta proteína para evitar que se produzca esta cadena de activaciones de genes que hace crecer el tumor.

La reprogramación celular es uno de los campos de investigación con más aplicaciones científicas, ya que permite modificar la configuración de las células adultas borrando su «memoria» del desarrollo y, así, hacerla retroceder a su estado embrionario; una vez finalizado este proceso, se puede reconvertir la célula en otra completamente diferente.

Como la CPEB4 pierde su función pasada la fase embrionaria, una reprogramación que inhibe esta proteína sería un tratamiento antitumoral con muy pocos efectos adversos, lo que actualmente es «una de las principales limitaciones de muchas de las terapias», afirma Navarro.

Reducción del tamaño de los tumores

Mediante estudios realizados en ratones con células de tumores de pacientes, los investigadores del IRB y del IMIM han observado que la disminución de los niveles de CPEB4 en las células cancerígenas reduce el tamaño de los tumores hasta en un 80%.

Según Méndez, el estudio demuestra que «no sería sólo la mutación de un gen concreto lo que promovería el crecimiento del tumor, sino la expresión en el sitio incorrecto de una proteína que activa cientos de moléculas mensajeras que llevan la información contenida en los genes para sintetizar las proteínas, sin que estos genes estén mutados».

Uno de las proteínas que activa la CPEB4 es la t-PA (activador tisular plasminógeno), que «normalmente se encuentra en páncreas sanos y que, sin embargo, presenta niveles muy altos en tumores de páncreas», explican Elena Ortiz-Zapater, primera firmante del artículo, y Pilar Navarro, en la nota del IMIM.

Aunque de momento el estudio se limita a dos tipos de tumores, páncreas y cerebro, los autores creen que esa tendencia se repetirá en muchos otros, teniendo en cuenta los efectos observados en los tumores estudiados y el tipo de genes regulados por este mecanismo.

En el estudio también han participado Francisco Real, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y Eduardo Eyras, investigador ICREA, ambos del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la UPF (Universitat Pompeu Fabra). También han trabajado en este proyecto el equipo de Mar Iglesias y Francesc Alameda, del Servicio de Patología del Hospital del Mar.

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La demencia es parte de la vida

Con el aumento de la expectativa de vida se incrementa también el número de enfermos de demencia en Suiza. Un desafío inmenso con el consiguiente coste para la sociedad. ¿Cómo debemos afrontar este fenómeno? ¿Se requiere una estrategia y política nacionales en la materia?

De aquí al año 2050 las personas que padecen demencia en Suiza aumentarán de 111.000 a cerca de 266.000. Se estima que a mediados de este siglo habrá más de 115 millones de pacientes de demencia en el mundo, tres veces más que en la actualidad. Es lo que prevé el reciente estudio Demographic Pulse de la aseguradora Allianz Suiza.

Suiza se verá especialmente afectada, ya que tiene la expectativa de vida más alta en Europa y la segunda en el mundo, detrás de Japón. Gracias a la buena calidad de vida, los suizos no solo cumplen cada vez más años, sino que también envejecen con mejor salud.

Pero la longevidad tiene un precio. La tercera edad no tiene por qué ir asociada a una dolencia como la demencia, pero cuantos más años de vida, mayores son las probabilidades de padecerla.

Esto significa que algunos procesos ya no funcionan, que el cerebro se vuelve frágil, que disminuye la facultad de pensar, que se olvidan cosas, que se pierden las nociones de orientación en el espacio y el tiempo, que uno no reconoce a sus vecinos. Son situaciones difíciles, tanto para los pacientes como para sus familiares.


Estrategia nacional

Cerca del 60% de las personas dementes son cuidadas en casa. A menudo los allegados que se ocupan de ellas se sienten al límite de sus fuerzas. Un desafío que afrontan también diferentes instituciones, pues hoy una gran parte de los mayores en las residencias para la tercera edad sufren esta dolencia. Y su número se multiplicará.

Ante esta evolución, la Asociación Suiza de Alzheimer reivindica desde hace años que se adopte una estrategia nacional en la materia. Las comisiones competentes de las dos cámaras del Parlamento incluso aceptaron dos mociones en ese sentido.

Para la Asociación Alzheimer, se trata de buscar estrategias y recursos “para que los pacientes, sus allegados y cuidadores puedan lidiar mejor con el día a día de la enfermedad. Si estimulamos las capacidades de las que disponen aún los enfermos, podemos prolongar significativamente su autonomía e independencia de terceros”.


Centro de Hogewey, Paises Bajos.

Centro de Hogewey, Paises Bajos. (zVg)

Autonomía gracias a la tecnología

Hay varios instrumentos a disposición para que las personas a las que “no les funciona bien la cabeza” conserven la máxima autonomía y calidad de vida: por ejemplo, un aparato portátil con tecnología GPS integrada que permite al enfermo desplazarse dentro de una zona limitada. Si sale de ella, se genera una alarma mediante SMS. Las personas que reciben el mensaje de texto, saben exactamente dónde se encuentra el paciente y a qué velocidad avanza.

Gracias a este dispositivo GPS, los enfermos pueden preservar gran parte de sus costumbres y movilidad. Pero también les permite participar en la vida social, lo que a su vez contribuye a ralentizar el proceso de deterioro.

De gran ayuda son también los sensores, que se fijan por ejemplo en las puertas o los bordes de la cama. Tan pronto el paciente se levanta del lecho y abre la puerta, se desencadena la alarma. Gracias a este dispositivo los allegados podrán conciliar el sueño durante unas horas sin preocupación.

“Si utilizamos instrumentos tecnológicos en función de la evolución de la dolencia, podemos asegurar y alargar al máximo la autonomía e independencia de los pacientes”, declaró el gerontólogo Helmut Mazander en una reciente rueda de prensa, celebrada en Basilea, sobre la seguridad de los enfermos de demencia.


Envejecer con demencia

Mazander es copropietario de un comercio en Basilea que vende material específico para facilitar la vida de estos enfermos. Dispone de una amplia experiencia en el cuidado de estos pacientes y aboga por que se les trate con naturalidad. “La demencia es algo normal y forma parte de la vida. Debemos aprender a afrontar este fenómeno y no negarlo”.

Según el gerontólogo, queda mucho por hacer para que las personas dementes se sientan acogidas en esta sociedad. “Muy a menudo se las recluye”, lamenta.

Pero también existen ejemplos positivos, como el centro de Sonnweid, en Wetzikon (cantón de Zúrich), donde los residentes pueden desplazarse libremente. No hay puertas cerradas con llave, a excepción del portal del jardín.


Un pueblo para enfermos de demencia

Otro proyecto está previsto en Wiedlisbach (cantón de Berna), donde dentro de cinco a seis años verá la luz el primer pueblo en Suiza destinado específicamente a los enfermos de demencia, basado en el modelo del de Hogewey (Países Bajos). Los residentes podrán desplazarse libremente y gozar de una sensación de autonomía en un marco protegido y dotado de una consulta médica, un quiosco, una cafetería y un cine.

La directora de la Asociación Alzheimer Suiza, Brigitta Martensson, elogia la iniciativa. “Esta localidad constituye una buena oferta para las personas que presentan un estado avanzado de demencia”, afirma.

Helmut Mazander se muestra más cauteloso. “Debemos preguntarnos cómo incrementar la autonomía en un marco abierto, de manera que las personas tengan la sensación de vivir en un pueblo”. No se trata de crear un “pueblo africano” circundado por una gran muralla, sostiene el gerontólogo.

Lo que importa es que los enfermos se sientan libres y seguros. “Y eso se da cuando tienen a disposición a profesionales bien formados, especializados en demencia y no en cualquier enfermedad, y cuando se integra a sus allegados en el proceso”.


Gaby Ochsenbein, swissinfo, Basilea-Suiza, 19 Febrero 2012
(Traducción: Belén Couceiro)
 

DEMENCIA EN CIFRAS

Se estima que en el año 2050 habrá más de 115 millones de enfermos de demencia en el mundo.

En Europa se pasará de los 10 millones actuales a 19 millones de afectados.

Hoy, en la Unión Europea (UE) dos de cada cien personas de la población activa (15-64 años) padecen demencia.

En Suiza viven más de 110.000 afectados. De aquí a 2050 su número aumentará a 266.000.

Actualmente en Suiza enferman unas sesenta personas al día. Cada año, el número de nuevos casos supera los 20.000.

Se estima que la demencia en Suiza genera costes por 7.000 millones de francos al año.

Fuente: Allianz Suiza y Alzheimer’s Disease International


DEMENCIA Y ALZHEIMER

Existen más de 50 dolencias que presentan síntomas muy parecidos al Alzheimer.

Demencia es el término genérico para designar estas enfermedades.

El Alzheimer es la forma de demencia más frecuente (50%). La demencia vascular también está muy extendida (18%).

La edad constituye el factor de riesgo más importante para desarrollar esta dolencia. Se estima que cerca del 8% de la población mayor de 65 años padece demencia.

Cuidado: los problemas de memoria no siempre son síntomas de una incipiente demencia.

Las facultades mentales se alteran con la edad, se asimilan más lentamente las informaciones, lo cual repercute en la capacidad de aprendizaje y memorización.

Las pruebas neuropsicológicas permiten distinguir claramente los problemas de memoria asociados a la edad de una incipiente demencia.

Fuente: Asociación Alzheimer Suiza


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